Los vinos Arco de Curiel pasan a denominarse ARCUM, un nombre más acorde a los tiempos actuales pero igualmente ligado al municipio al que pertenecemos.

Si en el momento de su nacimiento (1998) bautizamos a nuestra bodega con el nombre de Arco de Curiel fue por el vínculo que sentíamos con nuestro municipio y con su historia, la cual personificamos en el Arco de la Magdalena, que desde el siglo XII es testigo mudo de todo lo que en Curiel de Duero acontece.

Pues bien, en el momento de afrontar la decisión de actualizar nuestra marca, consecuencia lógica de una renovación de la bodega y evolución de sus caldos, quedó claro que no deseábamos modificar la denominación de la bodega (Bodegas y Viñedos Arco de Curiel) y que queríamos mantener en nuestra marca ese vínculo con la historia. A punto estuvo el Castillo de Curiel de ser sustituto del Arco de la Magdalena, historia no le falta y la visión que ofrece, majestuoso desde el cerro, le hicieron digno candidato.

Pero a lo largo de estos 19 años se ha creado un vínculo entre todos nosotros/as y el Arco de la Magdalena, al cual observamos día tras día desde la ventana de nuestra bodega, algunas veces semioculto bajo la nieve, otras ardiente bajo el sol, pero siempre inalterable y elegante haciendo guardia junto a nuestra puerta.